Tenemos, pues, una montaña en medio de la selva. Dos profundos canales, de origen manifiestamente artificial, recorren una de sus laderas y terminan de pronto poco antes de llegar a la cumbre. En ésta, que forma una explanada, hay una serie de piletas, de distintos tamaños excavadas en la roca viva, así como grabados en forma de círculos. triángulos, óvalos, cuencos de desagüe, etc. Todas esas formas están unidas por un intrigante sistema de canales. Si era una construcción utilitaria, los diseñadores no se olvidaron de dar su parte a los afanes artísticos: al pie de los canales principales la pantera y el jaguar simbolizan la fuerza. Las gradas y nichos erosionados por el tiempo evocan una especie de estadio deportivo de la prehistoria. Los profundos canales simétricos guardan cierta semejanza con una rampa de lanzamiento.
Detalle de los grabados del Fuerte. Esta parece sin duda una construcción antiquísima de los Annunakis.
Y tal como lo dicen las Crónicas, estas fortalezas tienen acceso al mundo intraterreno: la Chincana de Samaipata. A unos 500 ms. de la colina fue perforado un pozo con una boca de entrada de 1,30 a 1,50 ms. y una profundidad indefinida. Fue escavado en espiral.
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